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El reto del diseño de contenidos eLearning

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Cuando hablamos de formación interna en formato e-learning, las empresas y organizaciones necesitan a menudo adaptar y actualizar sus contenidos presenciales a un nuevo lenguaje online. No siempre es fácil. Y saben que de ello depende el éxito o fracaso de su proyecto.

La necesidad de informar y formar

Muchas empresas y organizaciones disponen de programas de formación interna para la mejora continua de sus personas. Con este objetivo, suelen organizar sesiones presenciales de distinto formato y duración, con la colaboración de docentes –expertos internos o externos– que las estructuran e imparten.

Otras, que se han iniciado en el proceso de transformación digital, conscientes de que hay que hacerlo cuanto antes para competir con ventaja, cuentan ya con plataformas digitales (LMS), a través de las cuales distribuyen sus programas y/o utilizan como repositorio de material complementario de la formación presencial.

Así que muchas de ellas se han visto obligadas a adaptar sus antiguos contenidos a un nuevo formato online. Y ante esta situación, más de una se ha encontrado con un grave problema. Cuando sus expertos han tenido que abordar la transformación de esta información (que conocen y manejan perfectamente en el aula física) a un nuevo lenguaje de formación a distancia (que muchos no conocen y hacia el que en más de una ocasión han mostrado resistencia) no han sabido dar con la solución y el proyecto se ha visto malogrado.

Bien es cierto, que cuando se han tratado de temas transversales, algunas han resuelto el problema adquiriendo cursos estándar, realizados y empaquetados por proveedores de catálogos e-learning. Pero también es cierto que esta solución, en muchas ocasiones, no ha acabado de ajustarse a las características propias de sus negocios y servicios.

En otros casos, tiene cursos en marcha ya adaptados a los nuevos formatos digitales, pero el entorno va muy deprisa y muchos han quedado obsoletos.

En cualquier caso, el mantenimiento y mejora de los contenidos de estos programas de formación interna es sin duda la principal preocupación de todas ellas. Disponer de información debidamente estructurada y actualizada es básico para la eficacia de este recurso, y esencial para obtener la calidad deseada y el éxito del proceso de formación de sus equipos.

Transmitir, interesar y persuadir

Cuando hablamos de formación, hablamos de transmisión del conocimiento. Y ésta es una acción que siempre lleva implícita la necesidad de entrar en sintonía con la audiencia. Así que, partiendo de que el conocimiento está siempre en manos del experto, tenga o no perfil docente, el objetivo es conseguir que éste llegue a las personas destinatarias.

Para ello, la tradicional formación presencial ha echado mano habitualmente, y muchas veces exclusivamente, de un recurrido recurso: combinar el saber y experiencia del docente, con su capacidad para generar empatía y asertividad con el alumnado. 

Todos hemos conocido a esos "profesores estrella" capaces de captar la atención con un modelado discurso construido a la par de ciencia y anécdota, pulido a lo largo de los años, una clase tras otra. Emocionantes puestas en escena basadas en esencia en la supuesta "magia del directo". 

Pero probablemente también nos hayamos encontrado alguna vez con ese experto incapaz de transmitir todo lo que sabe, que sin ánimo a equivocarnos siempre es mucho, oculto tras un discurso opaco y complicado, lleno de tecnicismos, incapaz de generar la emoción adecuada para atraer nuestra atención.

Por lo tanto, no se trata solo de poseer el conocimiento; tan importante es tenerlo como saber transmitirlo. Cuando queremos enseñar algo a alguien debemos ser capaces de acercar la información y hacerla comprensible a todas aquellas personas que nos están escuchando. O, dicho de otro modo, esos contenidos deben transmitirse con claridad, interesar con emoción y persuadir con argumentos convincentes y memorables al público al que van dirigidos. Estamos hablando de comunicación, y estos son sus principios fundamentales.

Del discurso presencial a un nuevo lenguaje online

Cuando nos enfrentamos a la transformación de un contenido presencial a un nuevo formato e-learning, uno de los grandes retos es conseguir trasladar esa emoción y magia del directo a la pantalla.

Para ello, un elemento fundamental es el manejo del tiempo narrativo y el tono del discurso. Y de esto ya hemos dicho que, con mayor o menor intuición, el "profesor estrella" sabe un rato. Pero él lo improvisa sobre la marcha. Conoce el guion de memoria y lo reinterpreta una y otra vez en cada función.

Un modelo que va a las mil maravillas para una masterclass o para una de esas charlas a la que nos han invitado en un congreso, o en nuestro colegio profesional, o en el TED…; un contenido que suele ser informativo, divulgativo, y no tanto formativo. 

Pero ¿sirve este modelo para la consecución completa de un programa docente? Como veremos a continuación, no es suficiente. Cuando se trata de enseñar contenidos, ya sean técnicos, científicos o humanistas, que incluyen objetivos concretos de aprendizaje, necesitamos algo más. Necesitamos elaborar lo que llamamos un diseño instruccional. 

En el caso del e-learning, a partir del conocimiento de la infraestructura tecnológica que se haya decidido utilizar, necesitamos identificar y definir el perfil del estudiante/usuario, la metodología educativa más adecuada a aplicar en cada caso, los objetivos de aprendizaje, la duración y carga de trabajo de cada curso, los formatos que queremos aplicar a cada contenido –videos, testimoniales, entrevistas, role playings, etc.–, las herramientas –interactivos, infografías, cuestionarios y feedbacks, chats, etc.– y los recursos complementarios –lecturas, websites, vídeos de consulta, etc.–, que nos permitan alcanzar el éxito en el proyecto de transferencia del conocimiento.

Se trata de organizar toda la información que tenemos y hacerlo de forma debidamente formateada, a partir de estructuras docentes predefinidas, secuenciándola adecuadamente para mantener y no perder en ningún momento la atención del alumno/usuario.

Y, además, es muy importante no perder de vista que el objetivo fundamental del e-learning es conseguir el éxito del proceso de formación a partir del diálogo que se genera entre el contenido digitalizado, el tutor dinamizador y los alumnos.

El renovado y fundamental papel del experto

Hoy los nuevos paradigmas educativos abren nuevas perspectivas en las que el profesor se convierte más en un seleccionador/presentador de la información y entrenador/animador del aula que en un exclusivo transmisor de un conocimiento que solo él tiene y maneja con destreza. Así que, esta nueva situación obliga a muchos de estos profesionales a redefinir su papel.

Pero aquí no estamos hablando de suplantar al experto o decirle qué ha de enseñar. En absoluto. Se trata de que su conocimiento, ese que él tiene, se incorpore eficazmente en este nuevo espacio de transformación digital. Un nuevo papel, más allá del de fiel repetidor de clases magistrales, que ahora quedan resueltas con el nuevo contenido online. 

Estamos hablando, por ejemplo, de asumir desde la dirección del aula digital la figura del tutor dinamizador del proceso de aprendizaje: orientando y guiando la participación de los alumnos, resolviendo dudas y dando feedback de los ejercicios y actividades que se proponen, organizando debates, e investigando y compartiendo nuevos hallazgos, tanto propios como de cualquiera de los integrantes de la comunidad. 

Además, su presencia en pantalla en este nuevo formato e-learning es extraordinariamente valiosa. Por ejemplo, aporta credibilidad y verosimilitud en cápsulas audiovisuales de introducción a los diferentes módulos de un curso, en vídeos testimoniales y en formatos micro-learning (contenidos didácticos fragmentados en pequeños vídeos para la adquisición de competencias concretas). Y es obviamente imprescindible en los webinars (clases online en directo a través de videoconferencia). 

Estos profesionales son portadores del conocimiento. Ellos son poseedores del qué. Así que, no debemos olvidar que en este proceso es esencial contar con su conocimiento y experiencia para definir y ajustar la nueva estructura y redacción definitiva del discurso. Y para que sigan buscando, seleccionando y administrando nuevos contenidos a divulgar. 

Por todo ello, es fundamental alentar a estos expertos para que se sumen de manera entusiasta a esta etapa de cambio y transformación.

Diseño instruccional, innovación y design thinking

Como hemos visto, cuando hablamos de un proyecto de formación online no solo hablamos de la elección de la mejor herramienta sobre la que soportar y distribuir la información, hablamos además de la adaptación y traducción de sus contenidos a un nuevo modelo digital, capítulo esencial en las necesidades e-learning de cualquier empresa u organización.

Es por ello por lo que, ahora y con la ayuda del diseño instruccional, debemos elaborar nuevas experiencias educativas orientadas a entornos profesionales concretos. Y, trabajando codo a codo con el cliente –la empresa u organización y sus usuarios–, de la mano de la innovación y la práctica de nuevos modelos proyectuales, como el design thinking, iterando a través de cada una de sus etapas –descubrimiento y entendimiento de necesidades, y definición, creación, elaboración y comprobación de propuestas–, conseguir el objetivo fundamental: la transmisión correcta y adquisición definitiva del conocimiento.

    Conclusiones

    En resumen, las empresas y organizaciones suelen generar mucha documentación alrededor de su oferta de productos y servicios, y necesitan ordenarla, adaptarla y comunicarla para que sus personas la conozcan perfecta y adecuadamente. Y saben que de ello depende el éxito o fracaso de su proyecto.

    Así que, si te encuentras en un proceso de transformación digital, en el que quieres informar y formar, recuerda cuatro puntos clave que te ayudarán a conseguirlo:

    1. Aplica los principios del diseño instruccional en tus planes de formación
    2. Usa un lenguaje directo, claro y renovado en tus contenidos e-learning
    3. Implica a tus expertos y reedúcalos hacia un nuevo rol de community manager
    4. Y desarrolla tu contenido de forma iterativa con design thinking para lograr una mejor adaptación

    Magí del Campo

    Magí es coordinador de formación, formador, diseñador y productor audiovisual. Es socio y responsable del área de formación de Futura Training & Consulting, empresa de contenidos docentes de SEIDOR Opentrends. Además, trabaja en proyectos para la transformación y adecuación de contenidos corporativos, técnicos y tecnológicos a un lenguaje atractivo, fácil y directo para el usuario.