MVP: Cómo abordar la estrategia digital de tu e-commerce

MVP: Cómo abordar la estrategia digital de tu e-commerce

transformación digital

Empresas de diferentes sectores están adoptando una nueva estrategia digital, desde fabricantes hasta minoristas y distribuidores, para maximizar su rentabilidad. Aunque muchas compañías son nuevas en esta área, están explorando esta opción debido a la demanda. Previamente, esta idea a menudo se consideraba, pero se posponía debido a la falta de conocimiento sobre costos y operaciones.

Como en la mayoría de los proyectos tecnológicos, este proceso consta de dos fases. Primero, está el desarrollo del proyecto en sí, que se divide en conceptualización e implementación. Luego, está la implementación de la plataforma y su impacto en la organización. En este artículo, se presentan las principales sugerencias para la primera fase.

La conceptualización de proyecto de la estrategia digital

El inicio de un proyecto comienza con la idea, es decir, la conceptualización. Aunque en momentos de crisis las empresas sienten la urgencia de empezar a vender, esto no elimina la necesidad de establecer una estrategia digital a largo plazo. En otras palabras, la empresa debe primero decidir qué enfoque le dará al proyecto, sin importar los agentes externos que la empujen a hacer el cambio.
Estas son algunas cuestiones que hay que resolver en el punto de partida:

  • ¿Se busca un modelo omnicanal a largo plazo por el que el comercio electrónico esté integrado con el resto de los canales, para aspectos como la venta cruzada, promociones o fidelización, entre otros?
  • ¿Cuál es la propuesta de valor que se le va a presentar al cliente final? ¿Podrá este cliente final iniciar un proceso online y finalizarlo en el canal tradicional, o viceversa?
  • ¿Cómo afecta a la fuerza de ventas en un escenario B2B?
  • ¿Cómo afecta a mis puntos de venta y al personal en tienda en un escenario B2C?

La estrategia a largo plazo guiará la planificación a corto plazo en dos áreas clave: la elección de herramientas y soluciones tecnológicas, y las implicaciones organizativas. Sin embargo, antes de explorar opciones, es importante entender dónde se centra el esfuerzo técnico en un proyecto de digitalización. Simplificando, este esfuerzo se divide en cuatro partes. Son estas:

1. Creación del front-end.

Es decir, las páginas web adaptables a diferentes dispositivos que reflejen la identidad de la marca y el producto, y acompañen el recorrido del cliente.

2. Catálogo digital. 

Esto implica el definir productos, variantes, el modelo de datos, atributos e imágenes, así como gestionar el stock y los precios.

3. Procesos propios del comercio electrónico. 

Hablamos de aspectos como las promociones a aplicar o las sugerencias basadas en la actividad del cliente, las integraciones con métodos de pago y el manejo de pedidos y sus diferentes estados.

4. Conexiones son sistemas internos de la empresa. 

Esta vinculación permite el flujo de información diversa, como la actualización de datos de productos, precios, stock, cambios en los datos de clientes, pedidos o seguimiento logístico, entre otros.

Si la empresa está comprometida con la digitalización, a pesar de buscar objetivos a corto plazo, las soluciones elegidas no deberían limitar el crecimiento posterior. En este enfoque, es esencial elegir cuidadosamente las herramientas que se adapten mejor al contexto tecnológico actual y futuro de la empresa. Cada empresa es única en este sentido, debido a su situación tecnológica y a sus equipos y capacidades internas.

No existen las soluciones universales para una estrategia digital

Por eso, hay que invertir tiempo a elegir bien. Aunque parezca contradictorio, dedicar al menos dos semanas a considerar diferentes opciones puede ahorrar tiempo y costos en el futuro. Es la forma de evitar decisiones que no sean beneficiosas para la empresa. Para romper la brecha digital, es necesario disponer de las soluciones que más se adapten a nuestras necesidades.

Por otro lado, la estrategia podría centrarse únicamente en el corto plazo. Esto significa que la intención es establecer un nuevo canal de ventas en línea, ya sea para objetivos a corto plazo o para controlar los costos de inversión mientras se aprende en el proceso. Se asume que habrá una segunda fase después de probar la operación y comprender mejor las implicaciones para la empresa. En estos casos, es importante considerar lo contrario en términos tecnológicos.

No se priorizan soluciones que se integren con los sistemas actuales, que mantengan procesos multicanal o que sienten bases para una evolución a largo plazo. Más bien, se buscan soluciones de bajo costo y rápida implementación. Esto reducirá significativamente el esfuerzo necesario para el desarrollo de la solución de comercio electrónico, en aproximadamente un 50 o 75%, ya que se eliminan integraciones y se reutilizan modelos de datos en el catálogo y plantillas de diseño web.

En esta situación, hay dos alternativas recomendadas:

  1. Herramientas stand-alone. 
    Las herramientas stand-alone son soluciones de comercio electrónico configuradas de antemano para el sector o industria de la empresa. Estas soluciones no se integran con los sistemas corporativos debido a la priorización del costo, aunque implican más trabajo manual. Sin embargo, son adecuadas para empresas con un catálogo en línea no muy extenso o con poca variabilidad de precios o stock constante. Es importante considerar que el volumen de pedidos podría determinar una futura segunda fase con herramientas más integradas. En la fase inicial, el número de pedidos será bajo y se podrán procesar mediante archivos por el equipo logístico.
     
  2. Externalización. 
    Este es un enfoque similar al anterior. Aquí, se pueden utilizar plataformas ofrecidas por integradores o agencias digitales, o bien recurrir a plataformas de terceros como marketplaces para aprender sobre el canal. En general, cuanta menos propiedad se tenga sobre la plataforma, menor será el costo, pero también llevará más tiempo hasta que el canal en línea sea significativo en términos de resultados. Cuanta menos propiedad se tenga sobre la plataforma de comercio electrónico, más difícil será realizar estrategias de marketing efectivas que generen conversiones rápidas en el canal.
Llega el desarrollo del proyecto

Sin importar la estrategia digital, la plataforma o el modelo organizativo, es una buena práctica usar un producto mínimo viable (MVP). Esto se refiere al lanzamiento de aquellas funcionalidades y procesos que sean imprescindibles para poder iniciar la venta al cliente, sin ir más allá. Esto es común en enfoques lean (mínimo coste máximo valor) de gestión empresarial y en la innovación del fail fast (si nos equivocamos que sea rápido y barato).

Incluso en proyectos a largo plazo, es útil lanzar el producto temprano, generalmente de tres a seis meses desde el inicio. Algunas empresas dudan de esto porque quieren la solución más completa para los clientes, pero esto a menudo retrasa la valoración real de los clientes o empleados. Las soluciones que esperan durante mucho tiempo rara vez cumplen las expectativas de los clientes debido a la evolución constante de las expectativas en plataformas de comercio electrónico.

Cuando se trata del desarrollo del proyecto, planificar un año por adelantado puede ser problemático, ya que las necesidades y tecnologías cambian. Implementar características que luego resultan inútiles y tener que agregar nuevas integraciones no planeadas puede ser costoso. Por lo tanto, es mejor adoptar una estrategia MVP y utilizar metodologías ágiles de desarrollo.

El enfoque de la metodología de desarrollo ágil

Para implementar una estrategia MVP, es esencial seguir una metodología de desarrollo ágil. Bajo este enfoque, el proyecto comienza con una lista de características que se deben incluir en la plataforma. La empresa luego prioriza estas características y divide el proyecto en entregas completas, que son partes de la plataforma desarrolladas y probadas para su aceptación por parte de los usuarios. Estas entregas se realizan en intervalos fijos, que generalmente duran de dos a cuatro semanas y se establecen desde el inicio.

Así, antes de llegar al hito del MVP, habría habido tres a seis entregas previas (llamadas sprints) correspondientes a los cuatro bloques de desarrollo mencionados: frontend, catálogo, procesos e integraciones. Esta metodología sigue el mismo principio subyacente del MVP, ya que permite ajustar la solución final mientras se prueba, en este caso de manera interna en cada entrega (sprint). Al mismo tiempo, facilita la comprensión de los procesos, las implicaciones para los equipos internos y proporciona capacitación en las primeras etapas del proyecto.

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Es relevante señalar que la tecnología influye en la elección del socio tecnológico y del implementador. La decisión sobre la estrategia y la solución final a adoptar determina si se elige un implementador con conocimiento interno, sectorial o tecnológico para las integraciones con sistemas corporativos y futuras actualizaciones; o si se valora más la posibilidad de externalizar los procesos de operación, gestión y comunicación.

En SEIDOR tenemos un equipo que abarca diferentes situaciones mencionadas en este artículo y cuentan con experiencia en diversos sectores a nivel nacional e internacional. Tenemos la capacidad tanto para implementar rápidamente soluciones estructurales como para adoptar herramientas más independientes.

Además, ofrecemos servicios de operación para tus propias herramientas, marketplaces y toda la consecuente estrategia digital. Esto aplica tanto para operaciones a largo plazo como para enfoques más específicos. Trabajamos con tu organización hasta que esta desarrolle sus propias habilidades y recursos para llevar a cabo las operaciones internamente. ¡Contáctanos y deja que te asesoremos!

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