User experience UX

¿Había UX antes de Don Norman?

Artículo

Las contradicciones y complejidad entre humanos siguen intactas

La navaja suiza del paleolítico

El bifaz es una piedra de sílex tallada hace más de 1,7 millones de años. Tiene forma de almendra y suele hacer 15 cm de altura. Su variedad de funcionalidades y el hecho de que quepa en el bolsillo, convierten el bifaz en la navaja suiza de aquella época.
100% usable. Cubre buena parte de las necesidades cotidianas del paleolítico. Dependiendo de cómo lo cojas sirve de una cosa u otra: puedes pinchar, cortar, excavar o picar. Cuatro en uno. También es portátil y está diseñado para ser utilizado con una sola mano. Un prodigio ergonómico que podría ser la base de múltiples objetos actuales.

Desde el punto de vista funcional, el bifaz es un claro ejemplo del "form follows function" de Louis Sullivan y de la capa de comportamiento que Don Norman explica en su libro "Diseño emocional"

puedes pinchar, cortar, excavar o picar. el bifaz es portátil y está diseñado para ser utilizado con una sola mano.

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El primer guerrilla test de la Prehistoria

Si nos fijamos en su forma, podemos ver que el bifaz es prácticamente simétrico. La punta superior, los bordes afilados o la curva inferior para excavar pueden seguir estrictamente un propósito funcional, pero no se puede negar que, para excavar la tierra o para pelearse con un león, no es necesario que la pieza sea totalmente simétrica.
La usabilidad no era suficiente, la intención estética es evidente.

Viajemos al pasado. Imaginemos un homínido entreteniéndose en la oscuridad de la cueva. Corta el sílex cuidadosamente y crea una forma casi simétrica. Equilibra el peso visual entre la parte ancha y la parte más fina. La coge con las manos y la deja probar a otros homínidos- el primer test guerrilla de la historia-.
Seguramente repite la acción hasta que finalmente se siente satisfecho con el feedback de sus próximos, hasta que la encuentra bonita.

La mayoría de las piezas que se han encontrado, incluso en diferentes continentes, siguen una proporción muy similar. Como si un patrón estético innato condicionara cada golpe que hace el homínido a la hora de construirla. Esta coincidencia demuestra que los patrones estéticos tienen poco que ver con nuestra cultura o conciencia. Como dice Don norman, la capa visceral- o estética- es instintiva, global.

Para excavar la tierra o para pelearse con un león no es necesario que la pieza sea simétrica.

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La mayoría de bifaces que se han encontrado están nuevos, no se han utilizado

Uno de los hechos más curiosos del bifaz de sílex es que la mayoría que se han encontrado no se han utilizado nunca, están nuevos. Y el motivo principal tiene que ver con la capa reflexiva de Don Norman y con la manía humana de dar significado a los objetos. De hecho, esta capa es el eje estratégico de los diseñadores UX y su control es lo que nos diferencia más del analista funcional, el experto en usabilidad o el diseñador visual.

Volvamos al pasado. Mientras el homínido Alfa sale a vigilar su dominio, y posiblemente se pelea con el Alfa de la manada de al lado, dentro de la cueva, otro espécimen Beta, muerto de aburrimiento, diseña y construye el primer bifaz. Es seguramente la primera herramienta tecnológica. Y en vez de salir fuera y excavar, cortar o pinchar, le quita el polvo, se acerca a una hembra y le dice ...
"Hola, has visto que tengo? Quieres que vayamos a fuera a probarlo?"

Un buen producto o servicio digital debe combinar las capas estética, funcional y reflexiva. Como un bifaz.

Porque en aquella época, más tecnología significaba más supervivencia. Y mostrar una herramienta como aquella, significaba más reproducción. Es así como los genes de aquel primer tecnólogo se extendieron hasta hoy. Y es por este motivo, que ahora estás sentado leyendo este texto online. Todos somos hijos de aquel ingeniero barbudo y seas programador, arquitecto o diseñador, tu ADN arrastra desde hace más de 1,7 millones de años las 3 capas de Don Norman, las 3 capas del bifaz.

Del bifaz el teléfono móvil

El diseño de experiencia de usuario ha cogido protagonismo dentro del sector tecnológico porque aunque la tecnología ha evolucionado de forma inimaginable por aquel primer homínido, la raíz de las contradicciones y complejidades humanas siguen siendo prácticamente iguales. La tecnología ya no es una piedra tallada. Actualmente sobrepasa el entendimiento y capacidades humanas. Es por este motivo que la estrategia y diseño UX son claves a la hora de escalar productos y servicios tecnológicos o digitales a las necesidades y aspiraciones humanas.

Por eso aún vemos gente aparcando un descapotable ante un club o comprando ropa de marca. De hecho, no es difícil ver las similitudes entre aquel bifaz y un móvil actual. El móvil satisface también nuestras necesidades cotidianas, tiene una estética atractiva - es simétrico- y nos encanta que sea de una marca que transmita valores con los cuales nos sentimos identificados. Ya sea un FairPhone de comercio justo, o un Pixel o un iPhone de última generación.

Han pasado casi dos millones de años desde aquel primer tecnólogo que fardaba con su bifaz nuevo y, actualmente, seguimos comportándonos de forma muy similar. Seguimos enseñando nuestro móvil nuevo y seguimos diciendo lo de...
"Ey, has visto qué tengo? Quieres que vayamos a fuera a hacernos un selfie?"

UXers, tranquilos.

Tenemos trabajo como mínimo por 1 millón de años más;)

Este texto está creado a partir de diversas fuentes. La primera, la más inspiradora, es por parte de Marc Boada - os recomiendo su libro "Los 3 infinitos" o que os explique la teoría evolucionista a partir de una paella-. La segunda, una charla de Stefan Sagmeister reivindicando el papel de la estética en el Festival Kikk 2016. Y por último, Don Norman y su libro "Diseño emocional" que cada vez que leo saco algo nuevo.

Don Norman